Una característica de nosotros los seres humanos es que nos adaptamos a casi cualquier circunstancia que se nos presenta en nuestros caminos. Para bien y para mal esto deja espacio para que las personas forjen magníficas ideas a partir de prácticamente nada.
Este es el caso que nos compete en esta entrada, ya que la historia en pocas palabras se reduce a que un hombre llamado Ray Hepburn desde niño fue un amante de las máquinas Arcade y al ser adulto inicio su propia colección. Tras el trágico evento del huracán Katrina que golpeo la ciudad de New Orleans, USA, sus vecinos tomaron la decisión de vender las propiedades y Ray compro los lotes para ampliar su propiedad. Eventualmente junto a su esposa construyo un aposento totalmente equipado para dar abrigo a su basta colección de máquinas Arcade.
Espero que disfruten el video tanto como yo y no puedo evitar lanzar un suspiro nostálgico al recordar entrañablemente esos salones de antaño.