La caída de la Commodore Amiga en los años 80 fue un evento significativo en la historia de la informática y la industria de los videojuegos. A pesar de su avanzada tecnología y potencia gráfica para su época, la Commodore Amiga sufrió problemas de gestión y comercialización que contribuyeron a su declive.
A pesar de su popularidad en Europa, especialmente en el Reino Unido, la compañía detrás de la Amiga, Commodore International, enfrentó dificultades financieras y no pudo competir eficazmente con otras plataformas, como la IBM PC y las consolas de videojuegos.
La llegada de la computadora personal IBM PC y la compatibilidad con el sistema operativo Microsoft Windows se convirtieron en estándares de la industria, lo que dejó a la Commodore Amiga en desventaja en términos de software y juegos.
La falta de un marketing eficaz y una estrategia de desarrollo de software coherente también contribuyeron a la caída de la Amiga. Aunque la plataforma continuó existiendo en formas posteriores y adquirió una base de seguidores leales, no pudo mantenerse a la par de las tendencias tecnológicas cambiantes y finalmente se desvaneció en importancia en la década de 1990.
La caída de la Amiga marcó el final de una era y el ascenso de las plataformas informáticas y consolas que dominarían la industria en las décadas siguientes.
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