En los videojuegos, un mundo abierto es un mundo virtual en el que el jugador puede abordar objetivos libremente, a diferencia de un mundo con una jugabilidad más lineal y estructurada. Entre los juegos notables de esta categoría se incluyen The Legend of Zelda (1986), Grand Theft Auto III (2001) y Minecraft (2011).
Los juegos con mundos abiertos o de juego libre suelen carecer de estructuras de nivel como muros y puertas cerradas, o los muros invisibles en las zonas más abiertas que impiden al jugador aventurarse más allá de ellos; sólo en los límites de un juego de mundo abierto los jugadores estarán limitados por accidentes geográficos como vastos océanos o montañas infranqueables. Los jugadores no suelen encontrarse con las pantallas de carga habituales en los diseños de niveles lineales cuando se mueven por el mundo del juego, ya que los juegos de mundo abierto utilizan técnicas estratégicas de almacenamiento y memoria para cargar el mundo del juego de forma dinámica y sin interrupciones. Los juegos de mundo abierto siguen imponiendo muchas restricciones en el entorno de juego, ya sea por limitaciones técnicas absolutas o por las limitaciones del juego impuestas por su linealidad.
Aunque la apertura del mundo del juego es una faceta importante de los juegos con mundos abiertos, el principal atractivo de los juegos de mundo abierto es proporcionar autonomía al jugador, no tanto la libertad de hacer todo lo que quiera en el juego (algo casi imposible con la tecnología informática actual), sino la capacidad de elegir cómo abordar el juego y sus desafíos en el orden y la forma que el jugador desee sin dejar de estar limitado por las reglas del juego. Ejemplos de un alto nivel de autonomía en los juegos de ordenador pueden encontrarse en los juegos de rol multijugador masivos en línea (MMORPG) o en los juegos para un solo jugador que se adhieren al concepto de mundo abierto, como la serie Fallout. El principal atractivo de los juegos de mundo abierto es que proporcionan una realidad simulada y permiten a los jugadores desarrollar su personaje y su comportamiento en la dirección y al ritmo que elijan. En estos casos, no suele haber un objetivo concreto o un final para el juego, aunque sí una historia principal, como ocurre con juegos como The Elder Scrolls V: Skyrim.
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